Santa María, una joya por emerger



Fonte: El Progreso

La parroquia cervantega de O Castro alberga un conjunto patrimonial de gran valor. La Iglesia se asienta sobre un poblado castreño en gran parte oculto. El enclave es el orgullo de los vecinos, que hace años rehabilitaron la capilla con sus donativos y ahora luchan por retomar las excavaciones para arrojar más luz al entorno

ES UN ESTRECHO valle de montaña sobre el río Quindous, afluente del Navia, emerge el hermoso entorno de Santa María do Castro. Emplazado al lado de la aldea cervantega de Sabadelle (parroquia de O Castro), el enclave goza de unas características que lo hacen especial, al estar asentada la iglesia parroquial y una necrópolis cristiana encima de un poblado castreño de grandes dimensiones. “É un exemplo inequívoco da cristianización dun lugar pagano”, explica Xabier Moure, historiador del colectivo Patrimonio dos Ancares.

La capilla románica y los enterramientos fueron construidos sobre el poblado para intentar ocultar parte de la historia que en él se albergaba y que actualmente aún permanece sin descubrir. Pues aunque el castro fue excavado en el año 1995, se calcula que aún falta más de la mitad del conjunto por salir a la luz.

Según los historiadores, el poblado fue habitado en la transición del periodo prerromano al romano, entre el 50 a.C y el siglo II, y la ubicación del mismo no fue casual. “Foi asentado na cunca do Navia por ser rica en recursos auríferos, o que explica a súa ocupación durante a época romana e evidencia a categoría económica do poboado”, precisa Moure.

Se calcula que el castro original ocuparía grandes dimensiones, con un recinto principal y dos aterrazamientos en la zona sur. “O recinto superior ten unha planta de forma ovalada, bastante ben delimitada no seu perímetro por unha muralla realizada a modo de parapeito, separada da ladeira por tres liñas de foxos executados aproveitando a forza hidráulica proporcionada polas canles de auga que se dirixían cara ás minas auríferas próximas”, explica est experto, quien remarca que el poblado también conservaría un espacio que pudo estar dedicado a explotaciones agrícolas y ganaderas.

En la actualidad en el enclave únicamente se pueden contemplar los vestigios de una veintena de viviendas de uso doméstico, que eran de planta redonda. En alguna se logran apreciar incluso los restos de lo que fueron pequeñas despensas de piedra, así como algunos marcos de madera de las puertas.

Se estima, no obstante, que el conjunto del castro se ha visto bastante deteriorado a consecuencia de que la necrópolis cristiana erigida posteriormente para esconderlo aprovechó parte de los muros como paredes de las sepulturas.

TESÓN VECINAL. Los vecinos de la parroquia de O Castro, conscientes del valor patrimonial del enclave, se han afanado desde siempre por conservarlo y darle el valor que se merece. De hecho, hace seis años lograron rehabilitar la iglesia parroquial con sus propios donativos. “Entre todos pusimos nuestro granito de arena y conseguimos reformar la capilla, que quedó restaurada como hay pocas en toda la comarca”, explica Manuel Santín, presidente de la asociación vecinal y alma máter de la entidad.

Ahora, los vecinos han retomado los contactos con las administraciones para solicitar que se retomen las excavaciones en el castro y continuar sacando a la luz lo que aún se encuentra bajo tierra. “Queremos que se retomen os traballos porque hai moito que amosar”, señala Jesús Gómez, vecino de O Castro. Los cervantegos son conscientes del valor que tiene el entorno como dinamizador de la zona. “Moita xente vén ata aquí só para velo e iso é moi beneficioso porque lle dá pulo ás aldeas do lado”, dice Olga Pérez, del núcleo vecino de Castelo.

Mientras realizan las gestiones y se consiguen los fondos, los vestigios del castro de Santa María seguirán enterrados, a la espera de que se autorice seguir ahondando en su historia, que ha permanecido oculta durante siglos.


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